El perro es mi espejo

Mi perro Buddy es un vago, como yo.

Le gusta estar tirado en el sofá y en el suelo. Como yo.

Es un buenazo, listo, guapo, valiente y precavido a la vez. Como yo.

A veces no se entera. Como yo.

Es sociable y pone freno a los que se sobre-pasan. Como yo.

Se comunica de forma clara y es sociable. Como yo.


Mi otro perro Guerxu era mi «otro yo».

Era un inquieto, siempre pidiendo hacer algo. Como yo.

Comía con ansiedad y tenía hambre a todas horas. Como yo.

Le gustaba la tranquilidad y disfrutaba de la soledad. Como yo.

Era desconfiado con las personas. Como yo.

Era de pocos amigos. Como yo.

Era muy peculiar. Como yo.

Era poco expresivo. Como yo.

Era muy amado. Como yo.


Mi perro Guerxu fue cambiando a lo largo de los años. Como yo.

Cuando su cuerpo murió, los atributos que he descrito dejaron de tener efecto en los dos.

Menos el Amor. Guerxu sigue siendo amado. Como yo.


Guerxu no fue nada de todo eso. Guerxu era el espejo de todo lo que yo fui.

El cuerpo de Guerxu murió cuando terminó su función aquí. Cuando yo ya no necesitaba su reflejo.

Gracias Guerxu.


No es casualidad que tengas al perro que tienes.

¿Cómo es tu perro?

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